Según la tradición Azteca, Quetzalkoatl bajó del cielo, fundó el reino Azteca y se fue sobre un gran barco formado de serpientes, sobre el mar. El dijo que un día volvería, lo que ayudó a los espanioles en el momento de la Conquista de América Central, ya que los Azteca de momento creyeron en el regreso de los Dioses. La pirámide Kukulkan , se convierte durante el día del equinoccio de primavera (Ostara 21.3) así como el día del equinoccio otonial (Mabon 21/22.9) en escenario de un espectacular fenómeno: La caída del sol en estas dos tardes, hasta que el sol se oculta, dibuja una linea de sombras de las esquinas de las nueve terrazas de la pirámide sobre el muro noreste de la subida a la escalera formando así una línea contínua hasta las cabezas de las serpientes, lo que ofrece la absoluta impresión como si la serpiente descendiera arrastrandose desde la parte más alta de la pirámide - símbolo de la bajada de Kukulkan. Simboliza la llegada de la Serpiente emplumada.
Definitivamente no es un día como los demás, la naturaleza, el hombre y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta, cargada de gran poder y magia. Hadas y deidades de la naturaleza andan sueltos por los campos; los agricultores dan gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres; además se debe comenzar a almacenar alimentos para pasar el otoño y el invierno.
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