Restaurante de Caníbales…
“…no sabría explicarlo muy bien, simplemente las mataba, las desnudaba y les sacaba con mi cuchillo sus vaginas …, y me las comía”
Cannibal Corpse
Por: Barnabas
No diré nombres en esta mi historia, por eso mismo, por ser “mi” historia, así me protegeré yo, mi familia y algunos amigos “compañeros de negocios”, ya que nos libramos de pagar nuestros crímenes, lo que se quisiera cualquier “delincuente”, y si, lo dejo en claro inmediatamente, no me siento ni me sentiré nunca orgulloso de lo que hice, y supongo que las personas con quienes llegue a relacionarme en, digamos estos “negocios algo turbios” tampoco lo están y querrán seguir hasta donde sea posible ajenos a la contingencia de este “caso” por llamarlo de alguna manera, así este “caso”,que es mi historia, se vuelve en muchos aspectos también la historia de mis “colegas”por lo que seré más que discreto en lo que aquí escriba, solo aludiré a las personas que participan en ella, con una letra entre paréntesis.
Cosa aparte sería nuestro jefe, “z”, me referiré a mi jefe así como “z” desde ahora en adelante, “z” a pesar de sus títulos universitarios, era antropólogo, sociólogo y sabe el diablo cuantas cosas más, era digo entre tantas cosas “caníbal”, por que “z” si que comía de lo que se vendía en su hasta ahora secreto, “Restaurante para Caníbales” ya que deseo en estas anónimas líneas dejar constancia de lo que en verdad ocurrió conmigo y mis “colegas”, y dejo de antemano constancia también de que ellos, al igual que yo, jamás se sirvieron plato algunos de los preparados por “z” con gente, constancia además de que el “Restaurante para Caníbales” que regentaba, “z” existió, junto con su psicópata dueño, el que dicho sea de paso, contaba entre sus títulos también el de ser un excelente chef.
Yo creo que “z” simplemente estaba loco de atar el muy hijo de puta, pero por muy loco que le creyera, llevaba su “negocio” espléndidamente y se daba vida de rey, a costa de literalmente “comerse” a los demás.
Fue por el dinero obviamente que hicimos lo que hicimos, cada uno por diferentes razones, yo por mi parte tenía a veces muchas deudas, no diré de que tipo, ya bastante tengo en la conciencia con saberme un “carnicero a sueldo”, solo diremos que hace bastante tiempo ya no tengo en las manos un mazo de naipes, supe siempre lo que podía llegar a arriesgar si todo se descubría alguna vez, pero, ahí estaban los papeles de los cobros y bueno, “z” pagaba siempre en efectivo y mucho, además, cosa rara, era honesto con uno, ya desde el primer negocio que hice con el me dejo claro como sería de ahí en adelante, -“mira, es así de simple, me pagan dos millones por el hígado de un tipo joven, para servirlo a la vinagreta con papas soufflé, te ofrezco quinientos mil”-, ósea una ¼ parte, y si estaba de buen humor te ofrecía también un plato de aquello que le pidieran para comerlo con el, cosa que siempre me negué, al igual que mis “colegas”.
Les diré que muchas veces percibía pequeñas “cosas” en su comportamiento, cosas que se les llamaría “inconscientes” quizás, y que me helaban la sangre en las venas cuando las veía, cosas como pasarse casi imperceptiblemente la legua por los labios cuando hablaba de los “menús” que sus “clientes” le solicitaban, nunca, además, a pesar de los años que nos conocimos deje de estremecerme cuando “z” me miraba a veces con el frío del asesino “carnívoro sibarita” que se sentía en sus ojos azules, su mirada era en esos momentos gélida como el hielo y yo pensaba que era también tan afilada como un cuchillo de destazar y que con ella me estaba destazando mentalmente, como si yo fuera una vaca o un cerdo que preparar para la noche.
¿Qué podría argüir a mi favor en todo esto?, ¿Qué tengo familia, que me creo buen padre y esposo?, ¿Qué mis deudas eran tales que de no pagar o la cárcel o un tiro?, ¿cosas así?, no, simplemente no tengo excusas, lo hice porque necesitaba de la “pasta” y ya, u supongo que igualmente lo sentirán mis “colegas”, pero eso no quita que sea un “carnicero a sueldo”, al igual que ellos, solo que fuimos “carniceros de carne humana” , tal y como cada tanto me decía “z” que era yo, y supongo que también le diría lo mismo a mis “colegas”.
Por lo que he podido ver en Internet, desde hace años que existe “el mito” de la existencia de “caníbales urbanos”, pero aclaremos algo, caníbales si bien han existido de siempre en la historia de la especie humana, siempre se había dado en conceptos “religiosos”, ósea tribus que por ciertas creencias suyas lo practicaban y lo otro, por circunstancias extremas, como el recordado accidente aéreo de la selección de rugby que cayo en los andes, pero los “clientes” de “z”, solo buscaban el “placer” de comer órganos o pedazos de carne de demás gente, y estaban dispuesto a pagar lo que les pidieran por hacerlo, “z” muchas veces trató de explicarme, - “lo sublime” dijo-, que era para los sentidos, en especial el del gusto, comerse por ejemplo un pedazo de tipo o tipa a la parrilla con ensaladas y vino tinto, -“ estimado “x” –me decía- el sentir como se desase en tu paladar la carne humana, delicadamente condimentada, cocinada a fuego lento de carbón de espino, es un pequeño pedacito de la gloria que te llega a la boca”-, yo tiritaba en esos momentos de ver como “z” se estremecía de placer solo por recordar como le había sabido lo que contaba, otras veces un liguero, casi imperceptible hilillo de saliva le caía por la comisura de sus labios.
Yo no sé porque siempre la gente que tiene dinero a manos llenas, es la más “sofisticadamente degenerada” si se quiere, pagan por sus “placeres” sean estos cuales sean, para los “clientes” de “z” la cosa iba por “comer gente”, cocinada en forma “internacional”, ósea, como si fuera comida normal de cualquier restauran de 5 estrellas, en el Restaurante pude ver cosas que no se creerían, cosas que la gente no sospecha (y es mejor creo así) que puede llegar a hacer el ser humano, con los miembros de su misma especie, pude comprobar sin lugar a duda alguna por ejemplo, de que las fotos que circulan por ahí en Internet de orientales comiendo fetos, son totalmente reales, yo doy fe que vi en muchas ocasiones a orientales de diversas nacionalidades, hartarse de fetos en las más variadas preparaciones, así que tengan la seguridad de que el “mito” de que los orientales comen fetos y bebes pequeños, no es tal, no es ningún “mito”, es absolutamente cierto, los preparan por ejemplo en diferentes tipos de sopas, en shap sui, con fideos, al baño maría , etc, la verdad en cualquier tipo de preparación china, lo mismo los japoneses, comen mucho feto tipo sushi, ahí si a mi me bajaban las arcadas, porque eso era comer carne de feto abortado…,cruda, en fin, “en cosa de gustos no hay nada escrito” dice el refrán, esos platillos si, eran fácil de conseguir, solo bastaba un amigo médico que pues, pudiera cada tanto “quedarse” con “algunos fetos”, es decir, tratábamos con “aborteros”, que quedaban encantados de que además de quedarse con los miles de las pobres mujeres que abortaban (según algunas cifras extra-oficiales, en Chile se calculan alrededor de unos 150.000 abortos ilegales al año, eso sin sumar la cifra “negra” de abortos practicados en “casa” por muchas mujeres, escondidas, ya que aquí no existe nisiquiera el aborto terapéutico, por ser ilegal, se exponen de ser descubiertas lo que les implica, aparte del dolor de abortar, terminar condenas y presas) pudieran ganar aún más por “vender” los restos de los fetos, siempre molestos para ellos, todo sin arriesgar casi nada y encima con ganancia.
Para todas las demás las demás preparaciones que tenía el extenso menú de “z” y su Restaurante era necesario “un carnicero a sueldo” como yo y mis “colegas”, y era simplemente porque había que matar a alguien para sacarle algún órgano u ocupar sus carnes para hacer bifes o asados, así las cosas, se podía dar el horrible caso de que una cena de cuatro “personas” que incluía paté o hígado en sus distintas preparaciones, fuera necesario matar a cuatro personas para prepararla, a quinientos mil pesos el hígado, me resultaban de ganancia neta de dos millones de pesos, seis para “z”, así era el trato y siempre se cumplió.
Trataba en lo posible de que la muerte se produjera tan rápidamente como fuera posible, ósea, hablamos de un tiro en la cabeza y ya, con silenciador y lo más posiblemente cerca de la “presa”, ósea el tipo o tipa que mataba, pasaba casi sin darse cuenta del estado de vivo a muerto, otras veces en que no podía ocupar mi pistola, obtenía algo más de “pasta” de parte de “z”, eso ocurría las veces que sus “clientes” querían comer “sesos”, por razones obvias no podía usar mi técnica de “caza”, ahí debía de estrangular lo más rápidamente posible al tipo o tipa que era mi “presa”, lo que era más riesgoso y demoroso, por tanto cobraba más, un millón por cerebro, claro que “z” pedía cuatro millones por cada uno, el nunca dio puntadas sin hilo.
Demás esta decir también de que el cuerpo de la tipa o tipo que le entregaba a “z” era ocupado íntegramente, nada se desperdiciaba, claro que el solo pagaba por lo que pedía, independiente que si sus “clientes” les apetecía comer “sesos” como explicaba, el solo me pagara por eso, el resto del cadáver con pulmones, carnes, tripas, médula espinal, huesos, órganos sexuales , orejas, narices en fin todo el cuerpo, le quedara de ganancia aparte a “z”, ya que todo el cuerpo era “cocinable” para “z”, y por tanto “vendible” a alguien que quisiera comerse aquello, así repito era nuestro trato y así siempre se realizo, estaba el hecho cierto además de que si quería llevarme el resto de cuerpo, podía, pero ¿qué hacía yo con un muerto?, repito el hecho de que “z” , “no daba puntadas sin hilo”, ahora, esto ocurría siempre con los cuerpos que le llegaban a “z” para sus desayunos, almuerzos y cenas a base de “gente,” a no ser que fuera evidente que algún órgano estaba en mal estado, o se apreciara alguna enfermedad en desarrollo, ese trozo de persona se incineraba y ya, lo demás se convertían en chuletas, bistec, cecina, embutidos, grasa para caldos varios, lo mismo los ojos, orejas, manos, se preparaban varios tipos de sopas con esas partes, o la “popular” “pichanga de orejas”, plato de la comida nacional que usa orejas de puerco, “la de “z” era igualmente con cebollas en escabeche y quesos varios, pero en vez de orejas de cerdo, era con “orejas humanas”, sus “sopas de ojos” también gozaban de mucha popularidad en los meses de invierno, y claro, los miembros viriles y las vaginas también por razones obvias supongo, recuérdese el tipo de “gente” (si se le puede llamar así) que concurría al Restaurante de “z” eran literalmente “devoradas” por sus clientes, se peleaban por comer pollas y vaginas, por tanto, tenían precios más altos, alguna vez le escuche al paso a “z”, que con -“las últimas pollas fritas y cocidas al mojo de ajo que les había servido a unos catedráticos nacionales, homosexuales solapados todos, se había comprado su último auto”- y estamos hablando de un Mercedes del año.
Años fueron los que matamos “gente” para que funcionara el “Restaurante de caníbales” yo y mis “colegas”, burlamos por años a policías, detectives, autoridades varías, pero de la codicia finalmente no lo logré yo en particular, y se pudrió todo, la verdad fue solo “mi codicia” lo que lo hizo.
Siempre fue un gran problema el procurarnos yo y mis “colegas” ,“las presas” para el Restaurante, más que mal a la gente si desaparece alguien las buscara, y eso significa policías e investigaciones, por lo que eran los mendigos los que nos proveían de “suministros” por decirlo así, pero estos no siempre estaban donde y cuando les necesitábamos, si bien los refrigeradores del Restaurante de “z” siempre estaban llenos, y tenía un sinnúmero de diferentes “conservas” como orejas y narices de personas en vinagre, a veces cabezas y dedos flotaban también en vinagre dentro de frascos enormes de vidrio, colocados en también enormes repisas, nunca faltaba el infeliz que quería “productos frescos”, lo que por lógica implicaba matar a al menos una persona, ante aquellas “urgencias”, el muy conchudo de “z” no se hacía mayores problemas, simplemente y como en todo, cobraba más y a mi me ofrecía más dinero por el “trabajo” ,seguramente también a mis “colegas” les ofrecía “negocios” parecidos, y bueno…, por mi parte yo siempre termine aceptando.
Los infelices de sus clientes eran capaces de pedirle una cena para cinco o seis “personas” compuesta de carne fresca de “tipa”, no de “tipo”, que incluyera sopa de “vaginas” y tetas fritas por ejemplo, y encima para ayer, así, sino encontraba mujeres vagabundas en ¿que se yo? cuarenta y ocho horas, no había “negocio” y como siempre, yo necesitaba de esos dineros, así que me podía pasar horas de horas en los parques, casas abandonadas, postas, etc, todos los lugarejos donde se juntaban o mejor, deambulan los vagabundo/as en Santiago, hasta que encontraba lo que se me pedía, lo mataba e iba con “z” a cobrar, a veces viaje a regiones a buscar vagabundo/as, pero en aquella ocasión en que mi crimen se hizo público más allá de toda posible anticipación, es decir, cada tanto se hacían notas sobre la “extraña baja en el número de vagabundos” en la ciudad de Santiago, incluso más de algún imbécil funcionario municipal dio explicaciones que eso se debía a que había subido el “nivel adquisitivo de ellos”, porque el aluminio que recogía diariamente en latas botadas había “subido de precio”, y claro como tenían más “dinero” se salían de las calles, como si ganar unos céntimos más de juntar latas botadas, te curara la esquizofrenia de años o un alcoholismo de décadas, pero lo que sucedió, pues desbordo todo, y a su vez, lo cambio absolutamente todo en mi vida, mi familia, amigos, lo cambio radicalmente y para siempre.
Era invierno, y uno bastante crudo, ya se habían muertos unos cinco vagabundos de puro frío, de hipotermia, como por el décimo vagabundo congelado, fue cuando las “gentes piadosas” pusieron el grito en el cielo, de “cómo se dejaba morir a la gente en las calles, como si fueran animales de puro frío” sin claro ofrecer sus casas o dineros para ir en auxilio de ellos, esos tipos que se sacan los cabellos y berrean sobre sus dioses y sus castigos, que la sociedad esta podrida , que los valores esto y aquello, solo saben “reclamar” las cosas, en esos son expertos, pero no resolverlas, en fin, la gente del gobierno de turno se dignaron observar unos momentos la escandalera, y bueno, se subieron ellos al carro, dijeron que claro, lógicamente eso no podía ser, se apiadaron(según ellos) y en un acto de magnanimidad impresionante, empezaron a dejar pernoctar a los vagabundos en teatros, estadios techados y lugares así, pensando de en realidad hasta las vacas, los caballos, los perros y otros animales tienen su “casas” o “establos”, era razonable que los vagos pudieran, como los animales, dormir bajo techo al menos, que era “humanitario” hacerlo, si después que saliera el sol y los vagos se fueran, se “fumigaba” y listo, lógicamente bajo “nuestro techo”, no los vamos a poner, dijeron, ni en el de las demás personas tampoco, esa “gente” no claro, y por supuesto no construiremos un albergue permanente para que nunca les falte donde estar, ese gasto la “comunidad” no tiene ni debe asumirla, discursearon, ya que bueno, “esa gante, ni familia tiene”, además, quizás el próximo año no sea tal helado y no se muera ninguno, así, no se justifica el gasto, total para ellos, mientras tengan un techo encima, estará siempre mejor a no tenerlo, por lo que a las diez de esas gélidas noches, no habían un vagabundo en las calles, ya que pasaban cuadrillas “arreando vagos” a los albergues, así las cosas, salvo quizás los más perturbados no estaban en los “asilos temporales”, como también los mentaban los del gobierno, pero como además les daban sopa y pan a los que llegaban a dormir, es que la gente del gobierno era “tan caritativa” y claro, “no se pueden ir a su cama sin cenar” decía en las noticias después una diputada, mientras mostraba las raciones a la lente, pero que luego se le noto la cara de asco al pasar a repartir algunas a los ocupantes del “asilo temporal” que en cosa de minutos inundaban con sus efluvios cualquier lugar donde estuvieran, si hasta los esquizofrénicos y alcohólicos de siempre de las calles de Santiago, iban a los albergues, y yo lo comprendía perfectamente el que fueran, pero en mi ya corrompido interior, re puteaba por no poder cumplir la cuota de cinco mujeres que me había pedido”z” para una cena para los infelices de sus clientes “apurados”, me estaba ofreciendo cuatro millones por mujer, lo que era un “incentivo insalvable” para mi, más que mal, eran veinte millones de pesos, que me dejarían calculaba, libre de deudas y de los malditos acreedores para siempre jamás, ya que no pensaba en volver a pedirle dinero a “ciertas gentes”, en este mundo perro, no solo existen “chacales” como “z” y yo mismo quizás, que matan por beneficio…, y quizás “placer” en el caso de “z”, ya que el gozaba también de comer gente, también existían los “chacales” que te “comían” a “intereses”, de tus deudas, enormes deudas, producto de que te guste tanto jugar con otros como tu, con los cuadrados de cartón pintados.
Los desgraciados de sus clientes querían hacer su “cena” a más tardar el Viernes por la noche de esa semana y estábamos a Miércoles por la noche y yo seguía sin ver un solo vagabundo en ya tres días, osea desde el Lunes que me había hecho el “encargo” “z”, a las 12.00 de la noche de ese Miércoles, entraba en un bar del centro a beber vodka con hielo, y a pensar que mierda hacer para responder al “encargo” de “z”, a las 1.30 am y luego de unos cinco vodkas con hielo, ya tenía claro que saldría de ahí a matar a la primera desconocida que se me atravesara por delante en la noche, tenía esa noche muy claro que de no pagar lo que debía, peligraban desde mis piernas, hasta mi libertad, y quizás también mi vida, baje a los barrios bajos de Santiago, busque el sector de mayor cantidad de prostíbulos y espere, las putas, muy pocas, andaban apuradas y con frío, se paraban en las esquinas cada tanto en las esquinas , se contoneaban y oteaban el horizonte por si veían acercase a alguien o un auto, temblando en calzones y sostenes en plena vía pública, ofreciéndose como carne, al mejor postor, escogí por señas a tres de las cinco o seis que desafiaban al frío y que me parecieron más jóvenes y sanas, aunque en esos ambientes, sepa Lucifer que te puedes encontrar, las tres ya ebrias, -“es para el frío, ricura”- me decían cerrándome un ojo, mientras se pasaban una botella de pisco, que se bebían así puro, fue fácil dispararles en las nucas apenas salimos de la luz, se las lleve al amanecer a “Z” para que las “faenara”, -“faltan dos mi querido “x”- y sonriendo con sus dientes de vampiro añadió- ya sabes que yo solo pago por “trabajo terminado”, si no consigues las otras que faltan, me quedare con estas tres y no recibirás un peso”- lo sabía perfectamente, pero de nada me servirían las tres mujeres si se “descomponían”, porque podía llevármelas si quería, ya lo he dicho antes, podía si quería disponer de los cuerpos, pero obviamente no podía meter tres mujeres en el congelador de mi hielera ,así que me arriesgue y las pase a dejar al Restaurante, sabía que era lo único que podía hacer y el hijo de la gran puta de “z” también lo sabía, bueno que diablos, pensaba, si me jodía me jodía, pero yo no estaba ni por asomo dispuesto a dejar que me jodiera nadie, ni menos un “monstruo civilizado” como lo era “z”.
Juro que busque desde temprano la noche del Jueves a alguna vagabunda, se que no servirá para crear algún tipo de simpatía en quien lea esto hacía mi persona, pero me sentía mejor matando vagabundos que a otra gente, son gente, también lo sé, bueno solo deseo ser lo más honesto posible en lo que sentía esa noche, pero, a pesar de mi empeño no encontraba nada, ni una sola vagabunda luego de horas y horas de deambular por el centro, empalado, bajo los dos grados bajo cero que se registraron esa noche en Santiago, a las doce volví a entrar al mismo bar del día anterior a beber vodka con hielo, y nuevamente, por alrededor de la una y media de la madrugada del Viernes, luego de haber consumido la misma cantidad de vodkas del día anterior, había vuelto a decidir que mataría a la primera mujer que se me cruzara por delante, y nuevamente encamine mi rumbo hacía los barros bajos, pero en esta ocasión, no encontré a prostituta alguna a quien dispararle, a pesar de ser fin de semana, los dos grados o más ya a esas horas, fue argumento suficiente para sacar a las putas de las calles, pasaban las horas y nada , fue por ello, que desesperado decidí dirigirme hacía el sector más pudiente del centro de Santiago, pensando en que más de alguna prostituta habría pensado en que soportaría el frío, siempre y cuando le pagaran más por sus servicios, que valiera la pena “el esfuerzo” en buen chileno, pero mi búsqueda volvió a ser en vano, nadie se veía por las calles de los ricos de Santiago, desesperado ya totalmente, me decidí a entrar en aquel departamento que me salió de pronto al paso y que tenía una ventana mal cerrada, en mi estado, pensé que era el destino que me tendía una mano, no sabía quien vivía ahí, pero atisbe y vi a dos mujeres dormidas en camas separadas, fue entrar y dispararles, seguramente madre e hija a juzgar por sus rasgos, pero también vuelvo a jurar de que en ese momento no tenía ni la menor idea de quienes se trataban, volví a pasar al Restaurant de “z” de madrugada con mi callada y fúnebre carga de carne humana como ya tantas otras veces, con la diferencia que esa vez salí con un maletín con veinte millones de pesos bajo mi brazo derecho.
Felizmente para mi, la misma tarde del Sábado ya sabía que en unos quince días más partía de Chile a un país que no tengo intenciones de mencionar aquí, acababa de poner mi cabeza en la almohada de la cama de mi casa, luego de salir del Restaurante de “z” con el maletín millonario, también me había aseado y comido algo antes de irme al dormitorio, cuando de pronto comenzó a sonar y vibrar un celular que no usaba nada más que para hablar con mis “colegas”, me senté en mi cama, alerta, tenso, presintiendo que las cosas se iban a poner feas, ese teléfono, a esas horas no auguraba nada bueno, mi esposa se volvió molesta y divertida de verme sentado tan derecho en la cama, y a esas horas -“no te sentí acostarte - me dijo- son las seis y media de la mañana del Sábado, ¿Quién te llama a estas horas?” , - me reí bajito , le dí un beso, - “una de mis amantes” - le dije- se sonrió mi mujer, se tapo nuevamente y me dijo-“háblale bajito , no vayas a despertar a los niños”- se río quedo y al punto volvió de quedarse dormida.
Conteste el celular, era “y”, otro de los “carniceros a sueldo” de “z”, me decía que encendiera la televisión, en cualquier canal, en todos estaba la historia del asesinato de la ex presidenta de la nación junto a una de sus hijas a manos de un hasta ahora “desconocido asesino”, que se había llevado los cuerpos de ambas y que había sido tan metódico y silencioso que no despertó a nadie de las demás personas que pernoctaban en el céntrico departamento de la ex presidenta, solo la ausencia al desayuno de ella y su hija, había llevado a los sirvientes a golpear primero a entrar después a las habitaciones y constatar su ausencia…, solo se pudo encontrar pequeñas marcas de sangre en el suelo, que según los expertos y peritos decían que habían sido producidas por disparos hechos a corta distancia de las victimas, se sospechaba extra oficialmente que sería obra de algún “comando” o alguien con experticia en “guerra de guerrillas”, ya que su actuar denotaba altísima preparación, -“un crimen inédito en la historia de nuestro país señores….”- y continuo por mucho tiempo el locutor, me pareció a mi en ese momento, diciendo cosas sobre el crimen de nada menos la ex presidenta de la república, solo cuando “y” me dijo por el celular –“te piteaste a la vieja de la presidenta huevón, encima con una de sus hijas, aquí podemos cagar todos, ¿te imaginas que llegaran solo a sospechar que a ambas las mataron para servirlas con papás fritas, para gente que de saberse lo degeneradas que son y los puestos que tienen, colapsaría el mundo seguramente?, ¿qué se enteren de que gente de las más adineradas de todas partes del planeta fueron quienes se las sirvieron?, sabemos que ellos son intocables “x”, sus posiciones las protegerán de todo, pero a nosotros nos hervirían en aceite, y quizás hasta lo merezcamos, pero mi mujer y mis hijos, al igual que tu mujer e hijos, las mujeres e hijos de todos nosotros, creo que no, así que mira, hemos decido reunirnos y entre todos asegurarnos la salida discretamente de Chile, no te lo vamos a pedir “x”, que te quede claro, simplemente, solo te iras con tu familia y ya, además tu fuiste quien la cago y feo”- y así fue que a los quince días como antes dijera, de que matara a la ex presidenta y su hija, estábamos todos, mis amigos y nuestras familias, fuera del país, no diré cuantos éramos pero rondábamos la docena, mis compañeros habían sido más listos que yo y todos guardaban muchos millones para un caso como este, entre lo que reuní al vender mis propiedades, los veinte millones que tenía por la última entrega y lo que me prestaron cada uno de mis “colegas” fue que pude salir (bastante agradecido por lo demás) con ellos de Chile, juro que esa noche no tenía idea de quien vivía en aquel maldito departamento del centro con una ventana junta y fácil de abrir, fue entrar y lo demás era para mi casi “rutina” para mi, un tiro a cada una en la cabeza y ya, en fin , ya es pasado y la presidenta y su hija son mártires de muchas causas en Chile, y las especulaciones de quienes fueron y donde están los cuerpos, son tan absurdas muchas de ellas, que estamos ciertos que nadie se le pasaría por la cabeza la verdad de que fueron servidas junto a las tres prostitutas que le lleve a “z”, comidas y digeridas por un selecto grupo de “empresarios caníbales”, de mi jefe, el psicópata de “z”, supimos que finalmente realizo la famosa cena con sus “clientes” y de que tubo la tupes de cobrarles aún mas millones porque serviría carnes -“de presidenta e hija, nada menos”- la verdad eso queda sin comentarios de mi parte, solo que es probable que el muy hijo de puta aún cocine a algún vagabundo de vez en cuando, por “diversión” ya que la cantidad de millones que el muy infeliz debe de haber reunido, ante cualquier problema, le permitiría simplemente “esfumarse” a cualquier lugar del mundo, sin dejar sospecha alguna de nada.
FIN
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